FECHAS SEÑALADAS Y COACHING

El ser humano es un ser en el tiempo. Tiene un principio y un final, un inicio y una culminación. Y aunque su sed de infinito manifiesta su trascendencia, la evidencia de la muerte le encadena a la materialidad de la supervivencia. Todos hemos deseado en algún momento ser eternos. Las religiones, en su dimensión más espiritual, es lo que prometen generalmente a quien terrenalmente cumpla los requisitos convenidos. Pero si lo pensamos detenidamente, es precisamente esa cualidad de fugacidad  de la vida la que hace que disfrutemos de la misma. Si cada uno de los placeres de nuestra existencia fuera eterno, no terminara nunca, acabaría aburriéndonos soberanamente. Necesitamos por tanto que las cosas terminen. Que termine el curso, que termine el año, que terminen las vacaciones, que termine el viaje, que termine en definitiva cuanto comienza. 

Y precisamente acaba de terminar el año. No ha sido ninguna sorpresa. Era algo esperado dado que iban avanzando los días de diciembre. Y una vez más, reavivamos esperanzas, ilusiones y proyectos con la nochevieja, aunque con la sempiterna sospecha de que si no conseguí los propósitos del pasado año, nada parece auspiciar que en este las cosas vayan a ir mejor. 

Efectivamente no van a ir mejor. Las circunstancias podrán ser favorables o no. Podrán ayudar cual viento de cola a que llegues a tu meta prefijada o soplarán como viento de cara que frena el avance, pero si te quedas esperando que el 2014 te traiga “la oportunidad” de tu vida, lo  más probable es que aunque lo haga no la reconozcas. 

Por eso aunque parezca un tópico, las fechas como indicadores de inicios y finales, pueden ayudar  a una mejor planificación estratégica de las metas a conseguir. Hacerse un propósito de año nuevo es algo sano, en cuanto que poner una fecha a la planificación por etapas de una meta, forma parte de un buen proceso estratégico. No es suficiente, pero el estado mental de “inicio de partida” que las fechas nos provocan es una ayuda para que todo nuestro sistema vital inicie el camino. 

Así que, ya tenemos el inicio de nuestra planificación: hoy, 1 de enero. Hace falta poner fecha a la meta deseada y entonces planear las etapas. Aprovechemos el entusiasmo que en general provocan estos días, el ambiente familiar, los días de descanso, para que las emociones se alineen con la meta y ayuden a una buena planificación. 


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